viernes, 4 de noviembre de 2011

No está todo dicho

Así es, cuando parecía que esto iba a terminar aquí, en este año en el que viví mis treinta y dos otoños, no es así. He vuelto para quedarme y contar mis proyectos, mis ideas, todas aquellas cosas que a veces se me quedan en el tintero porque no tengo tiempo de explicar.

He vuelto para escribir también de esas situaciones especiales y sorprendentes de mi vida diaria, que como la de muchas otras personas está repleta de "esas pequeñas cosas" que te sorprenden, que te emocionan y sobre todo que te ilusionan. Como siempre con la finalidad de ser una especie de bitacora personal a la que el día de mañana pueda acudir como memoria de mi ayer.

Casi es cierto eso que decía en mi penúltimo post acerca del Facebook y el mal que ha hecho a los blogs. Parece ser que el "muro" durante un tiempo ha sido un sitio más ameno en el que compartir cosas con todo mi círculo, sin embargo y aunque siga siendo un excelente medio de comunicación social, estoy un poco harto de él, de sus exigencias, de sus necesidades y sobre todo de esas políticas que sigue que en muchas ocasiones son más que dudosas (¡qué es eso de que las fotos que subas a tu muro/perfil pasen a ser de su propiedad por tiempo indefinido!). Me niego a someterme a cualquier tipo de obligación personal para/con una entidad/empresa/colectivo en el que yo cuente como su futuro beneficio o en el que el "control" de la ciudadanía sea uno de sus pilares fundamentales.

Participar sí, pero en la medida en la que yo decido. No nos olvidemos que un MURO es algo que se levanta para separar a las personas no para unirlas. Para todas aquellas personas que piensan que no hay un modelo de sociedad mejor que el bienestar, que la democracia es el menos malo de los sistemas políticos, que ya no aparecen grandes genios en las artes, que cada vez la paz está más lejos y que en la música ya se han escrito todas las melodías, escuchadme:

¡NO ESTÁ TODO DICHO!

2 comentarios:

Javi Meskalina dijo...

Pues aquí seguiremos tus devaneos por la blogosfera. Yo tengo que retomar mi novela infinita, pero todavía no es el momento.

Grankhan dijo...

No hay un tiempo para escribir, las cosas suceden cuando tengan que suceder, pueden tardar meses, años o vidas. El caso es que cuando la novela eterna comience de nuevo allí estaremos para leerla.