La ciudad de las farmacias

Para inaugurar el blog y como parece que me siento fuerte, voy a comenzar con algún texto propio. Este es del 12 de enero del 2004 y está escrito en Carballo a las 10:35 de la mañana mientras asistía a una clase de RET totalmente improductiva.

Cuando persigues un sueño la mayor parte de las veces te olvidas de que estás durmiendo, de que no puedes ver las cosas con claridad, con imparcialidad, con una verdadera perspectiva. Siendo un capital humano no te puedes esperar ser recordado, no conseguirás trasmitir, comunicarte con la gente de una manera que ellos te puedan entender. ELLOS. Nunca consigues ser conciso, ellos te lo prohiben. Ellos te prohiben casi todo. Tal vez te permitan hacer menos cosas de las que tú realmente crees pero no lo ves. Imposible verlo. No son tan tontos, tienen formas, otra cosa no, pero sistemas para reprimir tus instintos no les han de faltar. Piensa que esto te lleva a la frustración, a verte en contra de cualquier cosa establecida, sea buena o sea mala, sea blanca o simplemente no lo sea.

Puede ser que el emisor no adapte el mensaje al receptor o bien al contrario, ¿dónde queda la opinión del receptor? ¿quién lleva y quién trae?

Mediante la búsqueda de nuevas verdades, encontramos viejos vicios de la humanidad, viejos lobos que se agarran al cuello de nuestro miedo por vivir. Nadie nos pidió nuestra opinión:

- Me gustaría decir algo.
- Disculpe no es su turno, espere a que le toque.

Pero cuándo me toca a mi, ¿eh? ¡¿Cuándo es mi jodido turno?! Supongo que yo también tengo derecho a soñar con un mundo mejor, con MI mundo mejor. Tengo derecho a pedir agua y quitarme las legañas de los ojos, pero quién dijo "derecho a pedir", tengo la obligación de robar el agua y lavar la cara de la gente... Bueno, quizás no, pero sería bonito ver el amanecer de la Humanidad con H mayúscula.

¿Quieres ser un nombre fácil de recordar o bien uno que se haga jodido olvidarlo?

Se trata de una manera de captar la atención, solo eso. No pienso perderme en los tecnicismos, tan solo pienso en mandarte a la mierda. Tú verás después como afrontas esa situación. Tienes que tener en cuenta a ese par de ojos que te observa. Insisto en que no pienso perderme en los tecnicismos. Hablas de paz pero no escuchas lo que te dicen, ¿acaso tienes una verdad absoluta?

Tratarás de captar la atención de la gente y seguramente no lo consigas. Yo no tengo respuestas, de eso no hay duda, pero recuerda que la mayor parte de las veces tú tampoco las tienes, y cuando tienes un par de ellas ni siquiera puedes utilizarlas, ni te interesa hacerlo porque no te convencen totalmente.

A pesar de todo aquí seguimos, un día tras otro en una extraña rutina que no nos aporta demasiado o por lo menos a aquellas personas que no son amadas no les aporta demasiado. A mi no me aporta nada, ¿y a ti?

¿Te das cuenta ahora a que se debe todo esto? Espero que SÍ.